Después del paréntesis obligado del año 2020, la parroquia de Almacelles ha podido retomar su tradicional peregrinaje anual a Lourdes. Han sido tres días de paz, de oración y de convivencia que han marcado a todos los asistentes.

 

Disfrutamos de la gracia inesperada de poder celebrar la misa en la Gruta de la Virgen, presidida por padre Cucurull, que sube a Lourdes con peregrinos desde hace cuarenta años. Ha sido también una gracia para que el padre Joaquim, que deja de servir a la parroquia como rector, haya podido agradecer a Maria y a sus feligreses los años tan entrañables vividos en la parroquia.

 

Un peregrinaje familiar y más reducido que de costumbre, puesto que este año, para evitar la aglomeración en el autobús, sólo han podido participar 23 peregrinos. A pesar de su pequeño número, todos los participantes, en su oración y visita a Maria, han hecho presente la parroquia entera y la han puesto a su presencia, encomendando a la Virgen María de Lourdes toda la iglesia de Dios que vive y anda en Almacelles.

 

Una experiencia de iglesia donde hemos compartido la fe con creyentes venidos de todo el mundo. Inolvidable. ¡Damos gracias al Buen Dios!