Queridos diocesanos:

Describo primero el acrónimo del título de este comentario. INSTITUT DE RECERCA I ESTUDIS RELIGIOSOS DE LLEIDA. Es una institución de nuestra diócesis que, junto a muchas otras actividades de diálogo fe-cultura, ofrece estudios superiores en el ámbito de la teología y de la pastoral. Está ubicado en el edificio del Seminario Diocesano de Lleida en la calle CanongeBrugulat, 22. El Instituto Superior de Ciencias Religiosas (ISCR), aprobado por la Santa Sede en 1996, forma parte del mencionado IREL.

Muchos de vosotros conocéis la institución por referencias de sacerdotes, familiares o amigos o también por haber sido alumnos de ese centro. Otros no sabrán de su existencia y conviene que los mismos responsables de la Curia, de las parroquias y de otras realidades diocesanaslo den a conocer porque es un bien educativo y cultural de primer orden, que merece un reconocimiento expreso por parte de todos, ya que durante más de treinta años ha funcionado con eficacia y esmero, y un deseo lleno de esperanza para continuar colaborando en la formación íntegra de grupos de cristianos y abierto a todos los que se preocupan por los grandes temas del ser humano.

El motivo de traer este centro a vuestra consideración es doble: agradecer el servicio que nos han prestado sus fundadores (laicos y sacerdotes) y quienes han colaborado a lo largo de los siguientes años en la impartición de las diferentes materias; y también reconocer la importancia y el prestigio que en la actualidad conserva y que todos los diocesanos deben ayudar a la ampliación de su influencia intelectual y su oferta a toda la sociedad. Prueba de ello es el elevado número de convenios con otras instituciones universitarias civiles. Es una satisfacción enorme poder contar con este centro del que, seguramente, hablamos poco y lo difundimos peor. Aparte de mi responsabilidad como Moderador del IREL y el acompañamiento constante con profesores y alumnos, sólo en dos ocasiones he escrito sobre el mismo: la primera en septiembre de 2016 cuando la institución cumplió los 25 años de existencia; la segunda en septiembre de 2020 señalando como un lugar inmejorable de formación y la invitación a inscribirse a los potenciales usuarios. Justo es que ahora dedique unas líneas a mostrar mi alegría, mi gratitud y mi loa por su existencia.

En la presentación que hace la Guía del IREL de este año se puede leer: “El talante que deseamos vivir es el propio de una comunidad universitaria cristiana, que no agota su tarea en una mera transmisión de conocimientos y unos contenidos académicos con un aprendizaje de un método teológico de trabajo y un desarrollo de líneas de investigación… sino que lo quiere hacer desde una actitud de acogida de personas, desde la creación de un clima de unidad y desde la cooperación entre todos sus miembros”.

Somos muchos los que venimos de otros lugares a Lleida y nos incorporamos con gusto a las características sociales y culturales de estas diócesis (en plural) de Cataluña sorprendiéndonos de la calidad del trabajo del IREL y de la dedicación de sus participantes. Unos y otros estamos obligados a que esta institución perviva, a pesar de las dificultades, muchos años. Ha sido el semillero de muchos intelectuales laicos que han tenido diversas responsabilidades eclesiales y han elevado el nivel de percepción de nuestro pensamiento creyente. Como fruto de esa pretensión tenemos que ayudar y cooperar en todas sus iniciativas y preguntarnos cómo aumentar nuestro poso cultural y eclesial aprovechando sus múltiples ofertas académicas que lanza cada año el IREL.

En nombre de los católicos de Lleida quiero agradecer sinceramente la obra que un grupo de amigos comunes nos ha legado a la Iglesia del presente y del futuro.

Con mi bendición y afecto,                                         +Salvador Giménez, obispo de Lleida.