Según los datos del canal, que se llama comunidad parroquial de Santa Maria de Gardeny, tiene 1.250 subscriptores y 1.600 videos. Los países con más visualizaciones son España, con 77.000, el 38,5%; seguido de México, con 26.000, el 13%; EE. UU., con 13.000, el 6,5% y Colombia, con 9.500, el 5%. El resto de países son del Centro y Sudamérica, donde también hay Brasil, así como Italia, Portugal, Filipinas, Países Bajos y Rusia. El 90% de la audiencia tiene más de 65 años y el resto entre 55 y 64. El 55% son mujeres y el 45% hombres.

 

Soler ha explicado que un amigo suyo, que es técnico informático, le propuso emitir misas por YouTube. "Él nos arregló los micrófonos, nos puso una cámara y se comprometió a mantener el canal de YouTube". Soler afirma que el funcionamiento es muy sencillo, puesto que, además de poner en marcha la retransmisión, "una persona tiene un mando que le dice a la cámara a dónde enfocar, como el altar, donde se leen las lecturas o a los fieles".

 

De media, las misas las miran un centenar de personas, pero hay celebraciones que tienen más de 500 visualizaciones e incluso en una ocasión se ha llegado a las 2.000. Además, destaca Mn. Soler que "tenemos que tener en cuenta que también hacemos misas o cantos en catalán y, aun así, llegamos tan lejos". Asegura que "para conseguir que todo vaya bien te tienes que comprometer a hacerlo cada día" y que "no da mucha trabajo, puesto que por ejemplo no te tienes que maquillar".

 

También señala que "hay días, como en invierno, que somos poca gente a misa porque hace frío y después miras el video y hay 70, 90 o 100 visualizaciones y entonces veo que he dicho misa para más gente cuando en la parroquia éramos seis personas". Mn. Soler añade que "algunas personas mayores o enfermas miran la misa que retransmiten por canales de televisión, pero si pueden ver un a un mosén que conocen les hace más ilusión, puesto que al de la TV no saben quién es". Aun así, el hechod de que también llegue a personas otros países, cree que es porque "hay gente que, quizás tienen problemas o dificultades, busca soluciones por internet, encuentran el canal y se paran a escuchar y me ilusiona que la Palabra de Dios llegue tan lejos gracias a un sistema que no nos ha costado ni 4.000 euros".

 

Mn. Soler también asegura que "es una ayuda para el sacerdote, porque te ayuda a prepararte la homilía cada día".

 

Por eso, hace un llamamiento en otras comunidades y rectores de parroquias a que "vean la importancia de la tecnología para hacer llegar a todas partes la Palabra de Dios".