Queridos diocesanos:

Para nuestra diócesis es una noticia importante. Lo es para cualquier diócesis de la Iglesia en estos momentos en que la Pastoral Vocacional tiene un reducido éxito entre nosotros. El próximo sábado, 4 de noviembre, en la Catedral recibirá la ordenación presbiteral un joven con la carrera de derecho y con los estudios terminados de teología en Pamplona y Barcelona. Muchos de vosotros lo conocéis porque ha colaborado en los últimos años de formación en las parroquias de la Virgen de Montserrat, en la Unidad Pastoral Santa María Magdalena-Virgen del Pilar y en la Delegación de Jóvenes. Como veis ha combinado en estos seis años el estudio y la práctica pastoral. Nació en México, donde viven sus padres y resto de la familia, en Ixtlán del Río (Estado de Nayarit), su nombre es Joshua Enrique Carrillo Saldaña.

Además de las cualidades personales del mismo Joshua y su interés por servir como sacerdote al Pueblo de Dios, es motivo de mucha alegría para toda la comunidad diocesana que un joven pretenda dedicar su vida a este ministerio. En palabras del Concilio Vaticano II os recuerdo el acto a celebrar en la Catedral: “La sagrada ordenación los (lo) va a configurar con Cristo sacerdote; por eso han de acostumbrarse a estar unidos a Él como amigos, también con una íntima unión de toda la vida” (OT, 8). A continuación, el citado documento, el Decreto sobre la Formación Sacerdotal, describe los caracteres que quedarán impresos en la vida del ordenando y el cambio radical que supondrá para él mismo en sus actitudes hacia los demás y en su servicio a las comunidades.

El mismo Concilio tiene otro Decreto sobre el Ministerio y Vida de los Presbíteros. Dice en el número 2: “El mismo Señor… instituyó a algunos como ministros que, en el grupo de los fieles, tuvieran la sagrada potestad del orden para ofrecer el sacrificio y perdonar los pecados, y que desempeñaran públicamente, en nombre de Cristo, el ministerio sacerdotal a favor de los hombres. … Y fueran los colaboradores del orden episcopal para realizar adecuadamente la misión apostólica confiada por Cristo”. No voy a abrumar con muchas citas de documentos de los últimos Papas o de los Sínodos celebrados en la Iglesia sobre este importante tema. Mi deseo es compartir con todos la alegría que supone esta ordenación. También solicitar de todos vosotros oraciones para que otros jóvenesinicien este camino de entrega y servicio. Para ello hace falta que las familias animen a los más jóvenes a un planteamiento vocacional hacia el sacerdocio y que todos los sacerdotes, miembros de Vida Consagrada y comunidades en general generen tiempos y espacios de aprecio y valor al ministerio. Eso es fundamental para la vida de la Iglesia; además de un gran bien para la sociedad. Anuncian y celebran a Jesucristo, explicando la Palabra, viviendo los sacramentos y mostrando el camino de la fraternidad en el compartir y tratar con equidad y dignidad a todas las personas además de conservar el patrimonio religioso y procurar la comunión al interior de la comunidad y la cohesión de los grupos sociales.

Es conocida la trayectoria de los sacerdotes en nuestra diócesis. Todos recordáis el bien realizado a vuestra familia o a vuestra comunidad parroquial por alguno de ellos. Constantemente recibo pruebas de agradecimiento por su tarea. Es cierto que necesitamos revisar nuestra vida, purificar el trato improcedente y trabajar con coherencia siguiendo la misión que nos ha confiado la Iglesia y que cada uno ha acogido con entereza y con ilusión. Con total integridad.

En ese sentido consideramos valiente la decisión de Joshua y necesitará siempre la fuerza del Señor para continuar con autenticidad su vida y su ministerio. Va a contar con nuestra ayuda y nuestra oración para que así sea. Él repite que está muy agradecido a la diócesis por su acogida y por sus permanentes muestras de afecto. Le devolveremos desde ahora lo mejor nuestro para servir.

Con mi afecto y bendición.

+Salvador Giménez, obispo de Lleida.