Tipus
Ayudando a vivir (Obispo Joan)
Autoria
Producció
Fecha publicación: 
Dom, 05/06/2012
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 Palabras y acciones coherentes

 Acercándonos al final del curso ya las puertas de la Asamblea Diocesana que celebraremos, si Dios lo quiere, el próximo 26 de mayo, me parece conveniente recordar algunas cosas, aunque no son totalmente nuevas.

 Por ejemplo (y con ocasión del 1 de mayo lo hemos vuelto a comprobar), tantas veces hablamos y reflexionamos sobre la solidaridad y tratamos de ayudar a vivir a los sin hogar y los débiles de nuestra ciudad. Tenemos muy presente aquellas personas que encontramos cada día en la misma acera de la calle donde cada uno de nosotros pasamos habitualmente y que nos tiende la mano pidiéndonos céntimos y no se `preocupa si no le damos más que una sonrisa o una mano ... Nos hace pensar y nos replanteemos la manera de vivir estos sueños solidarios: ¿podemos ofrecer a estos hermanos sin hogar algo más concreta y más eficaz para su situación precaria? De momento, ya estaría bien encontrarnos con ellos, siguiendo saludando los mismos y escuchándolos, regalándoles un poco de nuestro tiempo, que quizá también habría que pensar si es sólo nuestro y / o sólo para nuestro provecho.

 Todos sabemos lo bien que se puede hacer sólo con un gesto, una mirada, una palabra amiga. Palabras, gestos, acciones pueden alegrar y curar, y también pueden herir o dejar al otro en un sin sentido lamentable. Aprovechamos su capacidad de hacer el bien y curar las heridas de la vida. Se trata de construir fraternidad.

 Lo mismo ocurre cuando en nuestro Plan de Pastoral diocesano hablamos de acciones evangelizadoras y de presencia de Iglesia en el mundo, sabiendo muy bien que entre nosotros (ayer, hoy y mañana) hay diferentes tendencias, espiritualidades, planteamientos pastorales y modos de concebir las cosas. Hay que procurar huir de las habituales clasificaciones (integristas, conservadores, progresistas, críticos ...), e incluso intentar superar cuestiones relacionadas con prácticas religiosas que para la mayoría de la gente son periféricas. Es urgente que TODOS los cristianos miramos de verdad si tenemos el Evangelio como base de nuestra vida, también en cosas aparentemente menos importantes.

 Con humildad pero con entusiasmo, es necesario que analicemos qué testigos hay en nuestras comunidades, de palabras y acciones, personales y / o de grupo, que demuestran nuestra concreta encarnación en las realidades que nos rodean ya las que queremos animar (o cuestionar si es necesario) desde el Evangelio de Jesús. Pero siempre dejándonos interpelar y situándonos en constante actitud de revisión de vida y de educación adulta de la fe. Hay que vivir dejándonos juzgar por la Palabra de Vida, porque la realidad de las personas es mucho más compleja de lo que aparece y siempre viene acompañada de algunas ambigüedades, lo que forma parte de la condición humana.

 El Evangelio es una llamada a la conversión de actitudes, y también nos pone ante la necesidad de responder y orientar en una determinada línea todas las pequeñas acciones con las que los miembros de la Iglesia realizamos nuestra tarea ... digamos "misionera".

Recibid el saludo de vuestro hermano obispo,

  + Joan Piris Frígola, Obispo de Lleida