Rafael del Río: "Los que menos tienen son los más solidarios" "Los que menos tienen son los más solidarios”. Esta era una de las conclusiones a las que Rafael del Río, presidente de la Confederación de Cáritas Española, llegaba en la lección inaugural del curso del Instituto Superior de Ciencias Religiosos - IREL, que impartió en el marco de la Universidad de Lleida el pasado jueves, 17 de octubre.

"Esta crisis económica y social ha puesto de manifiesto algunos aspectos ocultos, pero muy positivos de nuestra sociedad: ha generado una mayor solidaridad ", decía Del Río, el cual llegaba a esta conclusión repasando la evolución de las memorias de la entidad que preside. "Si Cáritas ha podido atender a más personas y ha invertido más recursos ha sido porque han aumentado el número de voluntarios y de donantes. Esto quiere decir que cuando la situación es grave las personas dan un paso adelante y se ofrecen a los hermanos que sufren “, decía apenas mencionando en unos pocos datos de los balances anuales. " En 2007, Cáritas atendió en servicios de primera necesidad a 350.000 personas. Cinco años después esta cifra es de 1 .031.360. Hay que decir que 760.000 tenían una familia detrás, lo que hace incrementar mucho más el número de asistencias”.

Esta situación que nos lleva hacia una fractura social, ya que "cada día hay más pobres que se distancian del grupo de ricos, cada vez más reducido" -continuaba diciendo Del Río en su lección inaugural-, y ha hecho que esta crisis provocara una cierta angustia en Cáritas, por si llega el caso de encontrarse desbordados y no poder responder como se debe a las personas que requieren sus servicios. "Hemos tenido que poner en marcha diferentes estrategias para paliar los efectos de la crisis: aumentar los recursos económicos destinados a ajustes directos, revisar y adecuar los sistemas de trabajo de acogida, incrementar la coordinación, incrementar los cursos destinados a conseguir una trabajo y a formar a los parados en otras salidas laborales, y promover campañas de sensibilización social y captación de voluntarios”. Esto último ha permitido que en estos momentos haya 70.000 voluntarios colaborando con Cáritas, " y yo sólo soy uno más”, decía Rafael del Río. Una respuesta, la de voluntarios y donantes, que ha permitido equilibrar los recortes de todas las administraciones a los programas sociales.

El presidente de Cáritas española introdujo en su lección pasajes bíblicos y textos de los últimos pontífices para vincular su entidad con la Iglesia. “Cáritas es evangelizadora. El ejercicio de la caridad es también una forma de evangelización”. Y remarcaba: " Por la Iglesia, la caridad no es una especie de actividad de asistencia social, que también se podría dejar a otros, sino que pertenece a su naturaleza y se manifiesta irrenunciablemente en su propia esencia”.

Del Río terminaba la lección inaugural del IREL con un mensaje de optimismo. “Ante la necesidad, el dolor y el sufrimiento de los demás, nuestra actitud debe ser de esperanza, amor y solidaridad”. Esta esperanza es la que nos debe animar a seguir trabajando en defensa de los derechos y la dignidad de los seres humanos. “Si no tuviéramos esperanza, si dejáramos de creer en la utopía, nuestro trabajo no tendría motivaciones ni metas a conseguir “.

Y terminaba diciendo que debemos cogernos fuerte a la esperanza, " llevando la generosidad por bandera, para intentar conseguir un mundo mejor, en el que se antepongan los derechos y la dignidad de los seres humanos por encima de cualquier otro interés, por muy noble que sea”.