Varios
Lloc de naixement: 
Terriente (Terol)
Episcopat Lleida
Anys inicial-final del mandat com a bisbe de Lleida: 
1699-1700

Nació en Terriente (Teruel). Religioso Franciscano alcantarino, recibió el nombre de fray Juan de Santa María. Tomó el hábito en Nápoles.

Carlos II le nombró embajador en Viena en el año 1696.

En el año 1699 fue nombrado obispo de Lleida, aunque durante un año más siguió estando en Viena. Tomó posesión de Lleida para procurador, el arcipreste de Belchite, Jerónimo Dols de Espejo Navarro. S.M. Imperial le regaló un pectoral de diamantes.

Fue definidor de la orden alcantarina, predicador de la corte de Carlos II,  comandatario de la orden del Santo Sepulcro, asistente al solio pontificio.

Inocencio XI, a propuesta de Carlos II, le promovió para obispo de Solsona en el año 1694, aquel miso año tomó posesión. Más tarde fue nombrado obispo de Lleida, donde hizo una entrada solemne. El clero catedral y otros, las autoridades civiles esperaban al obispo en la puerta del Fillols. En un pequeño altar al lado de la capilla del Salvador, el Obispo Alonso prestó el juramento como era costumbre en los nuevos obispos. También se entonó el Te Deum habitual. Terminadas las ceremonias rituales, le acompañaron al palacio hasta despedirle. Las actas capitulares que describen su entrada en Lleida y toma de posesión lo hacen en el catalán leridano de la época.

La actividad pastoral de su pontificado fue escasa, su muerte a los 58 años, unos tres meses después de la entrada en Lleida, se lo impidió. Falleció el 15 de Diciembre de 1700. Morí el 15 de diciembre de 1700. Se comentó que su defunción había estado causada por el sentimiento que le provocó la muerte de Inocencio XII y la del rey Carlos II.

Antes de morir , el cabildo de la catedral se ofreció para velarle día y noche, y él lo agradeció. Fue enterrado en la Seo en un féretro de madera, temporalmente en la capilla de Todos los Santos. Aunque posteriormente trasladaros sus restos a la capilla de las Almas.

En su testamento decía: “… que tenía a los pobres como a sus herederos”.

Mn. Ramiro Viola González